Es difícil hablar de olas en épocas de cuarentena. Y para colmo de males, en estos momentos están entrando las mejores olas del otoño!!!
Las olas pasan solas y uno acá encerrado, paralizado, a la espera de que esto termine.
Pero no todas son malas noticias, durante el último swell que surfeamos en la escollera, las olas estuvieron a la altura de los mejores momentos. Tubos y más tubos se veían por todos lados.
Como es de costumbre, últimamente, muchísima gente se encontraba en el mismo momento y en el mismo lugar. Bodyboards, surfers, todos buscando la mejor.
Y ahí apareció, entre ola y ola, la que me tocaba a mí. La que increíblemente no fue a buscar nadie y quedo armada para que la surfee yo. Era de las buenas.
Una ola te cambia el día, dicen.
Y yo diría que no solo te cambia el día, te reconforta el alma.
Gracias Garry por hacer que ese momento quede plasmado en imágenes. Un guerrero que no falta a ninguna cita.
Abrazo grande.
Gabriel Molina Favero