Por Edwin Salem
El día menos pensado...

Hace unos años fui a Argentina de visita por que la hija de mi amigo Calalo, Ameli, se casaba en Necochea. La idea era alquilar un auto en el aeropuerto e ir derecho al mar, y así fue. Llegue con una de esas sudestadas clásicas con típicos vientos onshore y la arena volaba por todos lados.... Me quede en en surf camp de Quequen de Angus Cameron. En esa playa años atras, había surfeado las olas más grandes que corrí en mi país. A través del tiempo en distintos viajes tuve la oportunidad de conocer a los locales. Hard Core surfers.... que no se echaban para atrás en nada, ni clima ni fuerza. En mis viajes siempre conecte muy bien con surfers en sectores aislados donde el circo del surf casi no existía. En Necochea la mayoría surfeaba por el amor al surf y muchos pasaron por Costa Rica en distintas ocasiones y tuve el placer de surfear con ellos. Hay una conexión especial entre surfers del outback, como dicen los australianos, son surfers sin limitaciones, pocas palabras y las ofensas se arreglan a las trompadas. Yo la llamo la ley del respeto y en Necochea estaba vigente. Pero con mutuo respeto.... para mí los surfers de la zona son muy simpáticos y tienen muy buena onda. La boda de Ameli fue lindisima, todos sabemos que Calalo sabe tirar una buena fiesta, pero la boda de su hija fue espectacular en todo sentido. La gente, la comida y el ambiente no se pueden describir. Las únicas palabras que se me cruzan por la cabeza son "BRILLIANT" and "SPLENDID". La fiesta fue un éxito, llena de amigos y amor. Pero esa tarde antes de vestirme para el evento el Angus me invito a surfear con él a un lugar lejano que había que manejar por la playa. Cordialmente acepte y me sentí muy honorado por el gesto. A las siete de la mañana me paso a buscar con un amigo de Nueva Zelanda y otro surfer local que había recién llegado de estudiar en Australia. Partimos en su Toyota pick up con las tablas bien amarradas y entro a correr como Fangio por la arena. El sol brillaba intensamente, la arena era dorada como una puesta de sol californiana. En la medida que la camioneta hacia leves aereals saltando por montículos en la superficie, mi estomago rebotaba contra mi esófago y una vocecita adentro mío me decía no vaya a ser que todo termine aquí antes de surfear. Si la intención de conductor era hacerme sentir un adrenalinazo lo logro, pero me imagine que asi deberían manejar en el campo.... respire hondo y me entregue a su conocimiento del lugar y me quede tranquilo. Miles de gaviotas despegaban de la playa como ángeles... formando una cortina aérea blanca, armónica...... como una manta mágica con ondulaciones marinas usando el viento para trazar sus artísticas líneas en perfecta sincronización. Chequeamos varios spots pero no estaban funcionando y en la loquera de la velocidad me pareció avistar una derecha en un arrecife inusualmente parecido a una ola que había surfeado al sur de Wollongong Australia. En realidad, esa porción de costa era muy parecida a playas Australianas, desoladas, desérticas con tierras marrones rojizas. Llegamos a destino pero este spot tampoco estaba funcionado. Luego de discutir un rato las posibilidades logre convencer a mis anfitriones de volver al arrecife y pegarle otra ojeada más, y ahí fuimos. Al llegar aparecieron dos Gauchos montados en unos lindos criollos..... no se de donde salieron pero ahí estaban cuando me estaba subiendo el cierre del traje de goma. Uno tenía la camisa remangada y me impresiono lo blanco que era, el otro tenia ojos claros. Sus caras ya no eran blancas, estaban curtidas por el viento y el sol tomando un color marrón rojizo como el de las piedras que nos rodeaban. Me dio la impresión que podían ser en parte de origen Danes como otros amigos de la zona..... como Andrés Larsen. La sesion de surf fue inolvidable, con tres wipe outs consecutivos en las primeras olas hasta que le tome la mano y me involucre emocionalmente en un tango de tubos..... y el resto es historia..... la historia de el día menos pensado...... en un viaje a una boda... donde el surf era un tema secundario.... donde nacieron amistades nuevas, donde se compartió un lindísimo momento en la naturaleza entre tres desconocidos.... donde se descubrió un surf spot nuevo...... fuerte tubular y rapidísimo..... en una mañana de total espontaneidad.....sin limitaciones o expectativas, sin una misión de exploración..... Solo el hecho de surfear y compartir....... y la naturaleza nos dio un gran regalo.....las fotos explican el resto....Gracias Canty Ramos por mandarme estas fotos que me traen lindísimos recuerdos, gracias Angus......por un viaje inolvidable, gracias Gauchos del Mar por seguir con la antorcha...... y gracias a Dios por darnos la oportunidad de vivir esta vida como surfers.